2008. Palacios de Galiana.

1º AUDIOVISUAL

PALACIOS DE GALIANA

Comenzamos por una de las joyas escondidas que se encuentran en los alrededores de la ciudad de Toledo, me refiero al paraje denominado como “Huerta del Rey”, donde se hallan ubicados los “Palacios de Galiana”.

El edificio que observamos ahora, es una antigua casa de campo o labor que viene de tradición hispano-musulmana tan arraigada en esta ciudad, pues se conforma con dos alcobas en sus extremos (aunque en este caso con dos pisos con terrazas almenadas) y en el centro un gran salón con terraza, cuyas vistas dan por el norte al cercano río Tajo y por el sur a su extensa huerta.

En ella se llevó a cabo en el siglo XI, el primer botánico de España, entonces Al-Andalus, a manos de los agrónomos Ibn Bassal y el médico Ibn Wafid, por orden del rey de la taifa toledana el prestigioso Almamún. Su paisaje ahora nos recuerda aquella época, donde se daban grandes fiestas y los poetas adulaban a los invitados.

Aún quedan los soportes de la gran noria, que según los poetas del rey sonaba al moverse como los lamentos de una camella en celo y que llenaban su famoso estanque donde se encontraba el famoso “salón de la noria”, donde se encerraba el rey con sus favoritas, simulando al paraíso.

Luego pasaron a propiedad real con el rey Alfonso VI que se los dejó posiblemente como dote a su cuarta esposa Zaida, que tantas leyendas han provocado y sus sucesores los usaron para sus recibimientos reales, hospedaje de reyes y casa de recreo en los calurosos estíos veraniegos toledanos, además de que sus alrededores siempre han servido de despensa hortícola de los palacios reales y de la ciudad de Toledo.

Por tales motivos de aquí surgió la leyenda de Galiana, que cuentan las crónicas toledanas, diciéndonos que Mainete (luego Carlomagno) vino desde muy lejos a luchar contra el moro Bradamante que pretendía a Galiana en justa de caballeros y con su famosa espada “Durandarte” mató al árabe en Val Samorial, llevándose a la dama a su reino. En fin un lugar paradisíaco que aún existe en realidad, pues si hubiese desaparecido el pueblo llano lo habría hecho leyenda y mito para sí.

Si alguien quiere aprovecharse de estas páginas, sabe que intelectualmente, tiene la obligacion por ley,  además de moralmente, de hacer referencia tanto del autor como de su trabajo.

Copyright  A. Vega y F. Muñoz,  2009

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