Comenzaré por el Paseo de la Virgen de Gracia, cuya colina es una de las doce que dan forma al monte o cerro denominado como Toledo. Desde este se domina toda la judería, así como el grandioso monumento gótico de S. Juan de los Reyes. Ya se sabía que en su entorno había un baño hebreo, aunque es al pasar al fondo de la casa nº 8, en su subsuelo, donde se ha halla  la sala de la caldera donde se hacia el fuego para calentar las demás salas, observando una gran chimenea central que sale hacia la parte superior.

Se ha escavado en la sala baja, gracias a delicadeza y las manos de sus antiguos dueños, llegando a la roca viva de gneis, que conforma el peñón toledano. Tras ella, en un pequeño entrante de la plaza, se halla justo encima una de las posibles salas que conformaban dicho baño, quizás la sala caliente, pues contiene salidas para el vaho, que hoy se encuentran tapiadas, con respecto a la medianería de otra casa.

Es enfrente de este inmueble, donde se encuentra precisamente parte del baño original hebreo de esta zona, aunque como estamos comprobando, lo aquí descubierto y mostrado, no tiene desperdicio alguno.

Entrando desde el mismo paseo hacia la Calle de las Bulas, que perteneció a uno de los barrios por donde se extendió la “Judería Grande”, nos encontramos con varios sótanos y brocales de pozos, que de manera fidedigna se refieren a vestigios que pertenecieron a este barrio hebreo, encontrándose lleno de los mismos.

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