Como todos los años y como es nuestra costumbre, mis compañeros de trabajo y de caminos, decidimos hacer una de nuestras rutas anuales. Esta vez dejamos que pasara el calor del verano, para poder hacer nuestra ronda mucho más tranquilos y disfrutar sin problemas del clima y del paisaje.

Siguiendo el consejo de nuestro amigo Jesús, que reside en el pueblo toledano de Guadamur, nos aventuramos por las tierras de su entorno,  que  por   lógica se dedican a las labores del campo, con grandes olivares y aunque alguna de ellas parecen baldías, desde luego históricamente son contenedoras de una de las tradiciones más famosas que ha habido en la historia de España, con respecto a uno de los tesoros más atávicos de las tierras ibéricas. Para este trabajo  presento el mapa a escala del entorno de  Guarrazar, señalando  el lugar con la letra G.

Me estoy refiriendo al célebre y al mismo tiempo ambulante “Tesoro de la Fuente de Guarrazar”, compuesto por varias de  las coronas votivas de los reyes visigodos y las mandas de los señores y obispos de aquella civilización, pues era la costumbre de estos personajes, ofrecerlas a las distintas iglesias toledanas más importantes en tiempos visigodos.

Son ejemplo, la basílica metropolitana de Sta. María, en lo que hoy es catedral toledana, según el estudio gravimétrico llevado a cabo en ella, o en Sta. María en Alficén, dentro del ceñidor del Alcázar, también en la basílica de Sta. Leocadia según la fotografía adjunta, o  en la iglesia pretoriense de S. Pedro y S. Pablo, tras los restos hallados en la “Vega Baja de Toledo”, en la salida del rio Tajo de la ciudad, o en el  monasterio “Agaliense”  y otras iglesias, como la enigmática Sta. Mª en Sorbaces.

Si alguien quiere aprovecharse de estas páginas, sabe que intelectualmente, tiene la obligacion por ley,  además de moralmente, de hacer referencia tanto del autor como de su trabajo.

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