Cuesta, iglesia y barrio de San Justo y Pastor
Otro lugar de Toledo, tan bello como enigmático, es el barrio de San Justo y Pastor, cuya plaza y entorno contienen muchas historias y leyendas, pues a este le han dado vida personajes muy importantes en la historia de esta urbe. También ha servido de inspiración de poetas, dejando su impronta en la misma, como marco inigualable en el que te puedes perder por la cantidad de callejas y callejones, que van a dar a esta plaza, desde donde se divisa la cabecera de la Catedral y su torre norte, dando un sabor y una belleza inigualables a este conjunto.
Allí se encuentra la iglesia del mismo nombre, cuya dedicación se basa en dos pequeños mártires cristianos oriundos de Alcalá de Henares muertos a manos romanas.
Esta iglesia es de género muy toledano, aunque se encuentra muy restaurada posteriormente en estilo barroco. Por fuera se observan todavía sus ábsides mudéjares, con un ambiente recoleto, pues sus calles se aferran en sus alrededores, conteniendo estas la misma forma. Pero aún reúne mucha más belleza en su interior, precisamente por los estilos que concentran sus capillas, especialmente el insuperable estilo mudéjar de su capilla mortuoria del Corpus Christi.
La plumilla que aquí presento está vista desde la Cuesta de San Justo, donde aún se observan las partes mudéjares como son los ábsides del Templo y su torre revestida en barroco, cuya calle tiene una gran pendiente siendo muy pronunciada, pues viene desde el corralillo de San Miguel.
Recuerdo que de niño, cuando venia sobre este lugar para pasar algún fin de semana en casa de mis tíos paternos Luis y Grego, que vivían en la calle san Miguel la cual desemboca en esta, siempre me atraía como una especie de imán este aguafuerte toledano. Por ello cogía mi cuaderno y mi lápiz y me sentaba a dibujar esta bella semblanza desde el comienzo de la cuesta.
Justo donde hace esquina la torre y el templo en sí, se encuentra desarrollada la leyenda del Cristo de las Cuchilladas, correspondiendo a una historia toledana, muy parecida a la “shakespiriana” de Romeo y Julieta. En nuestro caso se corresponden con novios de dos familias rivales los Ayala y los Silva, que aquí se desarrolla cuando estaba la lucha más encarnizada entre los familiares de ella contra el novio u su amada, se abrió la pared del templo y acogió a la pareja, Diego e Isabel, salvándoles de una muerte segura y quedándose fuera los familiares de la novia, con dos palmos de narices.
En esa misma esquina, existe un pedrón embutido en la pared que debe corresponder con alguna reliquia importante, aunque el tiempo ha hecho olvidar el motivo del porque se encuentra en este lugar, quizás sea la lapida de algún enterramiento o el recordatorio de un templo más antiguo o tuviera que ver con un menhir que aquí se encontrara en lo antiguo. Desde luego ahí queda el secreto de su condición y su lugar, estando seguro que el enigma seguirá en el espacio-tiempo.
Ya en el interior de la iglesia podemos ver cosas muy interesantes, pues en una de las capillas del lado de Epístola, denominada de la Candelaria, se encuentra enterrado con su familia y pintado al fresco, nada más y nada menos que el arquitecto de San Juan de los Reyes y maestro mayor de la catedral de Toledo, Juan Guas, que vivió en este barrio, llegando a ser un gran arquitecto.
Sobre el dintel de la capilla bajo su arco conopial se encuentra su escudo nobiliario y detrás muy disimuladamente el distintivo de su oficio, el compás, pero abierto 90º, símbolo de su maestría en la ejecución de sus proyectos.
Además de otras cosas importantes, en el lado de la Evangelio se encuentra el enterramiento más bello del mudéjar toledano, componiéndose de una capilla que se llamó en tiempos del Corpus Christi. Dicen los expertos que se encuentra inspirada en la capilla mortuoria de Alfonso X “el sabio”, que se halla en Sevilla.
Su techumbre esta magníficamente adornada, al estilo andalusí, terminando en un cupulín. Hay arcos lobulados muy bellos con ángeles en sus jambas y ventanas angreladas, además de fajas repletas de guerreros musulmanes y cristianos en combates y en justas de caballeros y otras con letras en árabe cúfico, que serán sentencias del Corán.
En el exterior de esta capilla, sobre el revoco de estilo barroco, hay una especie de sombreado, provocado posiblemente por la humedad, dando motivo a varios comentarios, como por ejemplo el que sea el alma de alguna persona enterrada en dicha capilla o que es una cara con busto como las de Bélmez en Córdoba. También parece corresponder con el busto de un monje con capuz y con cara de pocos amigos, quizás un templario, ya que el barrio donde nos encontramos, con la iglesia de San Miguel más arriba, según los anales toledanos fue de religión templaria.
Esta cuestión multiplica sensiblemente la historia y leyendas que envuelven este barrio tan singular. Desde la Plaza de San Justo se entra al Callejón del Toro, no sabemos si en la plaza se hacían corridas y este fuera usado como chiquero, de todas formas subiendo por este callejón, se llega a otro lugar de leyenda como es la calle del Cristo de la Calavera, leyenda de Bécquer cuyo argumento es que bajo la cruz que en él había, se sustentaba sobre un auténtico cráneo humano.
Desde allí se llega al callejón de los Niños Hermosos, denominado así por estar guardadas las estatuas de los santos Justo y Pastor, durante la guerra de la Independencia en una de sus casas, pues al ser estas de bronce hubieran sido fundidas para fabricar balas de cañón. Se encuentran estas hoy sobre la hornacina que hay en su torre.
Saliendo de nuevo a la Cuesta de San Miguel, a mano derecha, nos encontraremos un gran portón, que corresponde con una casa de Obra y Fábrica de la Catedral de Toledo, donde dicen que fue fundida la famosa “Campana Gorda” del majestuoso templo, en la que cabían según la tradición popular, siete zapateros y un sastre y cuando se tocó por primera vez, malparieron las mujeres, se rompieron las cristaleras de la Catedral y se oyó en Madrid.
Para transportarla desde aquí hasta la Plaza del Ayuntamiento, vinieron numerosos marineros desde Cartagena y tras una semana consiguieron transportarla a dicha plaza. Con grandes cuerdas y maromas fabricadas al efecto, la izaron y posteriormente la colocaron en su lugar de destino en la torre norte. Y ahí sigue en el centro del campanario, acompañando a sus otras ocho compañeras a los lados de la torre, aunque ya no podemos oír su grave y armonioso sonido, pero si podemos visitarla.
Posteriormente a su izado ocurrió, que por un defecto de fundición o por tocarla con un badajo del mismo material, la campana se cascó llegándose a rajar y hubo entonces que cortar en los lados de la zona del defecto y limar sus labios para que su sonido fuese correcto, además de ponerla un badajo de hierro dulce.
Todavía en nuestro tiempo he conseguido ver una reliquia perteneciente a dicha Campana Mayor de Toledo, correspondiendo este con un pedazo de la misma, del tiempo en fue reparada, yendo a parar dicho fragmento a alguien de la iglesia como es lógico.
Tiene engarzado dicho fragmento un largo y fino crucifijo en la zona defectuosa y dos leyendas grabadas en la parte del corte, una de ellas dice: “ESTE BRONCE ES UN TROZO DE LA CAMPANA MAYOR DE LA CATEDRAL DE TOLEDO, PERTENECE A TOMÁS DEL CUETO Y MAYORGA, CANÓNIGO OBRERO DE LA S.I.C.P TOLEDO MDCCCLXXX.
La otra grabación es: “PROPIEDAD DE FELIX CARMENA AÑO MCMLVII. Por ellas observamos, que ha pertenecido esta reliquia como mínimo a dos personas. Su actual dueño queda en el anonimato por propia voluntad. Una pertenece al siglo XIX y la otra al siglo XX. Quiere decirnos esta historia, que Toledo guarda reliquias inverosímiles, por lo cual es una ciudad tan misteriosa y secreta, algunas de cuyas cuestiones tradicionales se encuentran hasta hoy escondidas.
Debemos recordar que al encontrarse este barrio al lado de la cabecera del templo primado, sus vecinos han sido bastante importantes desde un punto de vista de la construcción del mismo, pues en San Justo se encuentra enterrado otro maestro de la obra y fábrica, como es Nicolás de Vergara “el viejo”, además aquí vivió el insigne maestro Narciso Tomé, que construyó el famoso “Transparente” en la catedral.
Por tal motivo, aún quedan restos muy importantes en algunas de sus viviendas, como por ejemplo una pintura en una hornacina donde vemos aún al rey y a la reina filosóficos, correspondiendo estos con un tema alquímico, sustentando el “Cuenco de las Delicias”. Cuestión que nos demuestra el nexo de unión entre constructores y alquimistas.
Pero si esto fuera poco, en la misma Cuesta de San justo, se encuentra otro edificio que contiene el denominado “Arco del Arcipreste”. De estilo mudéjar y con una filacteria alrededor en latín referente a la virgen María, en su interior contiene el edén quizás con la virgen y los once apóstoles, representación del Pentecostés. Aunque también puede venir de la tradición coránica con el paraíso de las huríes, aunque uno de sus personajes parece tener mitra y por ello la denominación de esta bellísima arcada que da paso desde el patio a las habitaciones interiores.
Todo un referente en su legado identificativo, que demuestra una de las originalidades de una ciudad tan antigua como esta, donde se mezclan toda clase de historias y que por medio de su dilatado espacio-tiempo, se convierten posteriormente en leyendas, llegando hasta el pueblo de a pie con su gente sencilla, que las tiene retenidas en su memoria, estando orgulloso de las mismas, pues son patrimonio de si mismos y al mismo tiempo del mundo entero.
Si alguien quiere aprovecharse de estas páginas, sabe que intelectualmente, tiene la obligación por ley, además de moralmente, de hacer referencia tanto del autor como de su trabajo.
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Para saber más sobre los Templarios en Toledo y su provincia, buscar en esta misma página los siguientes apartados:
Templarios.
Enigmas Perdidos.
Recorridos=
2. «Recorrido Templario en Toledo»
4. «Enigmas Perdidos (1) Moltalbán y Melque (San Martín).
5. Enigmas Perdidos (2) Dos Hermanas (Navahermosa).
6. Enigmas perdidos (3) Malamoneda (Hontanar).
9. Recorrido del Solsticio de verano.
En Dibujos y plumillas con su historia, apartados:
«Calle e iglesia de San Miguel el alto, Cueva y casa del Duende y barrio de los Templarios».
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