ÍDOLOS SAGRADOS TOLEDANOS 3.

LOS VERRACOS DE POLÁN

Según el investigador F. Jiménez de Gregorio, en su libro  Temas Toledanos extra nº 8, del I.P.I.E.T., con el título La Comarca Toledana de la Sisla, en su página 25 nos deja una clave referida al trabajo de este artículo, diciéndonos que en Polán, a 17,8 Km. al Suroeste de Toledo en la Sisla Menor, se encontraban dos bultos de verracos.

Llamando en este tiempo al Ayuntamiento de Polán y a su biblioteca, para tratar de localizarlos, sus responsables no sabían nada de que hubieran existido estos suidos, siendo imposible encontrarlos de momento. Por tal motivo dejo aquí constancia, con dos dibujos imaginarios de estos dos verracos, uno con peana y otro sin ella.

Todas las tallas de estas esculturas que se conocen, se encuentran   trabajadas en bloques pétreos, cuyo material es el granito de la zona a la que pertenecieron. Con él se representaba el cuerpo del verraco o toro sobre un pedestal, faltando este último en su mayoría por la erosión y sobre todo por los avatares sufridos. A estas figuras les identifican un rasgo común, como es su cuerpo redondeado, su cabeza y extremidades y en algunos casos su sexo y su rabo.

Al hallarse estos modelos expuestos deliberadamente en lugares muy  concretos al haber buena caza y vegetación, sus figuras eran tenidas como deidades para hacer su labor apotropaica, siendo por ello muy respetadas. Posiblemente estos suidos se hallaron en el valle de la cercana Dehesa de Alpuébrega de origen ibero-celta, por donde pasa el arroyo del mismo nombre, más la Fuente del Caño.

Dehesa que se extiende también entre los términos de Gálvez y una labranza del mismo prado en Totanés, pues por entre ellos pasaba la ancestral Senda Galiana, ruta de ganados trashumantes. Por estos lares, también se han encontrado otros importantes ídolos sagrados de dicha cultura, según el  investigador mencionado.

En tiempos carpetanos, dicha zona se debería encontrar repleta de alcornoques, encinas y castaños, regados por dicho arroyo más la fuente, cuyos frutos servían para alimento de los carpetanos que allí habitaban, así como para los toros, los jabalíes y el ganado. Zona que debía ser un buen cazadero entonces tanto para su sustento, así como para su reproducción, de ahí el respeto que se tenía a estas figuras de animales tan representativas para aquellas gentes.

Estos verracos pudieron hallarse cerca del Arroyo del Conde que cruza Polán, pues por dicha localidad pasaba otro camino secundario romano, que conducía desde Toletum hacia la región de La Jara, dirigiéndose a Puerto de San Vicente, en los cercanos Montes de Toledo.

También pudieron encontrarse cerca del Arroyo del Conde que cruza Polán, pues por dicha localidad pasaba otro camino secundario romano, que conducía desde Toletum hacia la región de La Jara, dirigiéndose a Puerto de San Vicente, en los cercanos Montes de Toledo.

Artículo publicado en la revista Cuatro Calles nº 21, segundo trimestre de 2022.

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