De vuelta al palacio-mausoleo de «Los Hitos» en Arisgotas (Toledo) (XII)

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Hace algunos años un grupo de amigos nos dirigimos hacia el pueblo de Arisgotas, cerca de Orgaz en la provincia de Toledo, en busca de  un lugar casi desaparecido y por tanto mítico, denominado como “Los Hitos”.

Cuando llegamos hasta ellos, sabiendo que dichos restos pertenecían a la época visigótica, tanto por la vetustez de sus muros como por la  variedad de restos de tumbas halladas en su interior, nos dimos cuenta de la gran importancia que estos debieron de tener en su tiempo.

Por la extensión de los muchos de sus despojos canteriles hacia el   sureste, observamos que dicho lugar debía de ser considerable, debiendo de tener enterrados y por ello escondidos varios tesoros arquitectónicos desde hace quince siglos, por lo que nos sorprendimos ya entonces de su abandono.

Dicha visita se puede corroborar entrando a esta misma página entre  los artículos dedicados a “Recorridos” al que está denominado como “Tierras de Sonseca, Orgaz, Casalgordo, Arisgotas, Mazarambroz o Villaminaya (IV)”.

Dichos restos nos hicieron pensar entonces de la importante huella que existe en la provincia de Toledo, desde un punto de vista de la civilización visigoda, pues en ella se encuentran la famosa por extraordinaria iglesia de Santa María de Melque, que se usó como corral para animales o la derruida y abandonada joya de San Pedro de la Mata y otros enclaves de menos envergadura, aunque no por ello menos importantes, como son las necrópolis cercanas de “Los Majanos” o la del “Prado de Santa Bárbara”.

O el enclave famoso de Guarrazar en Guadamur, por la aparición de parte del tesoro regio de los reyes visigodos. También la “Ciudad de los Reyes”, Toleto, con los restos de su Vega Baja hoy sin futuro. Lo que nos demuestra que aún queda muchísimo por descubrir y valorar sobre la civilización visigoda por estas tierras toledanas de España.

Tras haber puesto la Diputación de Toledo de nuevo en valor dicho enclave de “Los Hitos” en nuestro tiempo y habiendo determinado su gran importancia tras una nueva  investigación arqueológica, se nos ocurrió volver a visitar dicho lugar e interesarnos por sus nuevos hallazgos historiados. Así lo llevamos a cabo con el permiso pedido por nuestro amigo Santiago a los responsables de la nueva excavación.

Para poder ir comprendiendo la materia del lugar al que me refiero, los cronistas que han estudiado el lugar y sus alrededores, dicen que el topónimo de dicho lugar de “Los Hitos” fue determinado hace muchos años por los propios vecinos de Arisgotas, ya que al arar dicho lugar se tropezaban con estos.

Por tanto, secularmente los hallazgos se han multiplicando en el espacio-tiempo, siendo continuo el desmonte, así como el traslado de piedras y sillares tallados en estilo visigótico al propio pueblo.

Dicho enclave se encuentra en el camino del Gamonetar quizás debido a dichos animales en lo antiguo, sobre la zona conocida como Matabueyes, justo al lado de la confluencia de dos arroyos como el Arisgotas y Cabeza Gorda, lugar elegido para que en aquellos tiempos no faltara el agua en dicho lugar, al encontrarse en las laderas cercanas a los Montes de Toledo. Fue posiblemente una zona de veraneo y cazadero de los nobles visigodos toledanos y quizás uno de los monasterios que se hallaba cercano a la ciudad de Toledo, en el camino hacia Córdoba.

El topónimo de Arisgotas, antiguamente Ariscot, según el académico Fernando Jiménez de Gregorio, dice que en tiempos romanos se pudo referir a un templo dedicado a la diosa Mithra frente a los Montes de Toledo. También dice que puede estar formado por la voz ibérica aristoiz y por la raíz goda gotorum,  significando “Robledal de los Godos”, ya que el lugar debió de encontrarse entonces repleto de gran arboleda y mucha caza.

No sabemos el motivo del abandono y olvido de este lugar a través de los siglos, aunque según los doctos se le volvía a reconocer como tal en el siglo XVI, por haber trabajado en dichos restos el toledano y padre jesuita Jerónimo Román de la Higuera, al cual confundió con el palacio de Santa Quiteria.

Pasó el tiempo y tres siglos después, los labriegos del cercano pueblo, con sus labores fueron dejando los restos más pequeños apiñados sobre el entorno, de ahí el nombre de “Los Hitos”.

Las piezas más importantes, como sus grandes bloques pétreos tallados de forma cúbica, se fueron trasladando hacia Arisgotas, sirviendo estos como material de construcción de sus casas. Los más bellos fueron utilizados como ornamento de casas y fachadas, usando  impostas, cimacios, columnas, dovelas y frisos. En su actual iglesia se guardan otras piezas, entre ellas un ara muy peculiar.

El recuerdo de este dato en el siglo pasado, lo obtenemos gracias a la  fotografía del tío Simón, Simón Martín-Hervás, al cual se le veía trasladando dichos restos en un burro. Este al ir a trabajar sus tierras y observar dicho lugar fue trasladando sus vestigios más importantes, los cuales dieron origen al actual museo visigodo de Arisgotas. Dejo aquí la moderna fotografía de un amigo en dicho pueblo, al cual se le   recuerda a dicho personaje de este modo.

Dicha persona dejó al descubierto sobre los años treinta un sarcófago que parecía de mármol, el más importante del lugar, quedando este en su sitio original para poder ser datado con posterioridad.

Ya se conocía este yacimiento en plena guerra civil, pues el año 1938 fueron visitados estos restos por la que se denominaba como Junta del Tesoro Artístico. El año 1947 el arqueólogo alemán Helmuth Schlunk, director del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, estudiando los dibujos de las piedras talladas de lugares cercanos al lugar, encontró algunos esquemas geométricos que le dieron la idea de que en este último pueblo debía de haber otro vestigio visigodo cercano. Años después el gran arqueólogo Manuel Gómez-Moreno corroboró este mismo dato, aunque el secreto le guardaban celosamente los vecinos de Arisgotas.

Y fue en 1975 cuando fueron redescubiertos de nuevo Los Hitos, por mediación del estudioso Francisco Gil Gallego, el cual dejó escrito que dicho dato se lo dio a conocer al arqueólogo de estos lares, el señor Balmaseda Muncharaz, el cual tomó cartas en el asunto.

Precisamente por el hecho ocurrido un siglo antes en Guarrazar tras el hallazgo de las coronas godas, dicha noticia hizo que los buscadores de tesoros más los vecinos, excavaran sobre el yacimiento de “Los Hitos” en busca de joyas visigodas, deteriorando aún más los restos más sensibles del yacimiento, sobre todo alguna de sus tumbas, aunque no su estructura base.

Desde ese año 1975 al 82 dicho arqueólogo Luis Balmaseda llevó a cabo los trabajos de excavación sobre este enclave, dejando al descubierto los restos más importantes de Los Hitos. Fue entonces cuando se comprobó un edificio de tres espacios en planta, dos en sus extremos y uno central de más longitud, dando la ida entonces de haber sido un palacio.

Se observó entonces que el pavimento del edificio estaba compuesto por “opus signinum” de tipo romano. En ese tiempo se volvió a desenterrar el sarcófago antes mencionado el cual se creía de mármol, junto a otras tumbas menos importantes al hallarse fabricadas a base de lajas de pizarra.

También se halló en aquella excavación, una importante inscripción en piedra caliza que se encuentra en el Museo de Sta. Cruz de Toledo, cuya epigrafía data del siglo VII, estando escrita en prosa poética, la cual conmemora la construcción de un templo, en cuyos últimos versos descifrados por los expertos, se refirieren al levantamiento de una iglesia por medio de un personaje hasta ahora desconocido.

Al retomarse de nuevo en nuestro tiempo las excavaciones en dicho lugar gracias a la Diputación de Toledo, el equipo de arqueólogos con su director Jorge Morín de Pablos y la arqueóloga Isabel M. Sánchez Ramos, han llegado a corroborar que los nuevos  restos son muy significativos e importantes, conteniendo un gran valor histórico  además de arqueológico.

Dichos restos corresponden a un edificio datado en el siglo VI, lo que le sitúa como al primer edificio prerrománico de Europa, teniendo parecidos con otros edificios del bajo imperio como el de Morerías en Mérida, Plá de Nadal en Valencia, restos del Cristo de la Vega en Toledo, pero sobre todo una gran semejanza con el palacio de Santa María del Naranco en Oviedo.

El yacimiento es mucho más grande de lo que se creía según por los trabajos de la anterior excavación, observando que sus cimientos están bastante consolidados, comprendiendo su importancia como palacio receptor, además de su función de panteón de la nobleza de la época visigoda, visto la gran cantidad de tumbas que contiene su planta baja, algunas de ellas intactas, cuyos análisis darán importantes resultados tras sus datos  antropológicos.

Según Morín y su equipo al datar el conjunto y revalorizarle de forma arqueológica, estos han  vuelto a recomponer de nuevo la importancia de los monumentos toledanos y su posible proyección sobre la península ibérica, dando una nueva y desconocida información que se encontraba escondida durante siglos precisamente aquí en Los Hitos.

Al tener un edificio comparativo en el que basarse, los estudios llevados a cabo sobre los restos de este conjunto monumental, han observado que su origen corresponde con un edificio de dos alturas, que fue abandonado por los visigodos en el siglo VIII tras la invasión islámica, siendo ocupado posteriormente por los musulmanes y olvidado posteriormente.

Por su antigüedad, el yacimiento toledano parece ser que corresponde de momento con el edificio originario del arte prerrománico, siendo más antiguo y algo mayor que el edificio de este estilo más destacado de la península, como es el conocido, bello y hasta ahora único edificio de  estas características como Santa María del Naranco en Oviedo, el cual fue  construido en el siglo VIII.

Tras un estudio serio por parte de los arqueólogos toledanos, la semejanza entre ambos edificios ha suscitado cierta polémica así como opiniones negativas sobre el tema. Yo creo que no se ha pretendido entrar en conflicto con otras regiones españolas, ni intentar subestimar al edificio ovetense, sino enriquecer su mérito arqueológico al contrastar estos antiguos restos desenterrados.

Esto me hace recordar a los franceses, arremetiendo contra el señor  Sanz Sautuola y a su hija María tras  el descubrimiento de los “bueyes” de Altamira o la acusación de que la Dama de Elche era falsa. Y yo me pregunto ¿cuándo dejaremos a un lado nuestros complejos y el incoherente y eterno problema que supone la rica variedad Española? Quizás llegará  algún día en el que sepamos abrir nuestras mentes.

Volviendo a este estudio, recordemos que los godos se asentaron en la época del rey Teudis entre los años 531 al 48 sobre las ciudades y los poblados hispanorromanos de Hispania, entre ellos la polis de Toletum tan importante posteriormente al llegar a ser la capital del reino visigodo de toda Hispania. La Sede Regia Toletana llegó a tener una importancia capital ya que en ella se celebraron nada menos que dieciocho «Concilios», donde debían acudir  los nobles y los obispos de las diocesis de toda la península, para acatar las leyes de sus capítulos. Su importancia hizo delegar otros importantes edificios en  algunos lugares cercanos a esta, como en los términos de Guadamur, Arisgotas, Casalgordo, Melque o La Mata.

En el año 711 el caudillo bereber Tariq ben Ziyad  para conquistar todo Alándalus (Hispania), después de la batalla del Guadalete se cree que avanzó desde el sur cruzando los montes de Toledo, pasando por Arisgotas en su camino hacia Tulaytula, la actual Toledo, atravesando este término.

Volviendo a lo que nos ocupa, parece que este lugar fue propiedad de cierta familia nobiliaria visigoda y por los testimonios aún visibles en su base, sirvió como panteón en la época visigoda para personas muy importantes. Lo más destacado es la confirmación de que este es uno de los únicos edificios de este tipo existente en toda Europa junto a Sta. Mª del Naranco y por esta peculiaridad, exige un exhaustivo tratamiento para ser reconocido y  estudiado hasta sus últimas consecuencias.

Fue en el otoño del  año 2016 cuando mis amigos Santiago, Félix y yo mismo, volvimos a acercamos a “Los Hitos” para ver los nuevos hallazgos y las nuevas conjeturas sobre su historia. Allí nos recibió el arqueólogo Miguel Ángel Díaz, sin poner ninguna objeción por nuestra presencia sino todo lo contrario. Tras nuestras preguntas, este nos enseñó todo lo recuperado y estudiado, más las nuevas y certeras hipótesis sobre lo hallado.

En primer lugar nos habló de la presencia de dos pórticos de entrada al edificio, el primero en uno de sus laterales hacia el noroeste, el otro se encuentra en la parte central de la pared norte. Al entrar por este último a su planta baja, se tenía acceso al importante mausoleo que contuvo el edificio, encontrándonos con la tumba más principal del conjunto, al corresponder con un sarcófago de duro alabastro en color blanco. También se ha encontrado entre otras, otra tumba intacta del siglo VII.

Poco después llegó a la excavación el arqueólogo jefe Jorge Morín con su compañera Isabel M. Sánchez, a los cuales fuimos presentados. Precisamente Morín con su equipo han estudiado lo primordial del conjunto, desvelando el secreto que este guardaba, correspondiendo sus restos con un palacio visigodo de dos plantas, el más antiguo de Hispania.

Esto no es nada gratuito, pues en el lateral exterior del edificio del lado norte se observan robustos contrafuertes que debieron formar parte de su estructura para dar fuerza a los muros. Al sur otros cimientos, los cuales pudieron pertenecer a la escalera de subida a la zona alta.

Todo ello para aguantar la presión de las bóvedas de cañón interiores, en la parte inferior y la superior por medio de arcos fajones, contrarrestando su peso. Esto lo podemos  observar en la planta baja de Santa María del Naranco o en la cripta de la catedral de Palencia, que son las que nos dan idea de cómo pudo estar construida dicha zona en Los Hitos.

Dicha forma constructiva venía de tiempos romanos, como lo vemos en los arcos de ese estilo en los bajos de la Mezquita de Tornerías en Toledo, hoy incomprensiblemente cerrada.

También contienen “Los Hitos” varios contrafuertes en su interior en la zona de las tumbas dando gran resistencia al conjunto, así como machones centrales para sustentar el entresuelo y la base de su altillo, los cuales sirvieron como división horizontal de su estructura interior en tres espacios.

Hacia el sur contiene otros cuatro espacios algo más estrechos en toda su longitud, formando parte de la misma fábrica. Dos muy parecidos en sus extremos, uno mayor adosado al pórtico noroeste, conteniendo varias tumbas.

Los dos espacios centrales bajos, pertenecen a unos vanos para ciertas ocupaciones que aún están por determinar, esto según mi criterio. Dicha zona se cree que pudo pertenecer a los huecos de una doble escalera, que daría acceso al piso superior y aún al altillo.

El espacio del otro lado, es por el que se tiene acceso desde la necrópolis a estas otras dependencias y esto se comprueba  directamente, pues de un lado a otro se encuentran  los escalones que así lo determinan.

Estos conducen a otro espacio al exterior, quizás la base de un lugar más sagrado. Son los posibles restos de la iglesia construida según los arqueólogos en un período más tardío, de comienzos del siglo VII. De una sola nave, debió de estar abovedada y contener dos pórticos, sin tener acceso por los pies según sus muros.

Tras este período de excavación del año 2016, se ha confirmado que “Los Hitos” fue un gran panteón tanto para la nobleza como para el clero visigodo,  cuestión que será definida por los análisis científicos y arqueológicos. Se han hallado hasta ahora casi cuarenta tumbas, la gran mayoría de ellas en el interior del recinto de su planta baja y otras en sus exteriores.

La notable importancia de la misión del edificio en su parte baja, se encuentra vertebrada por la tumba más principal. Esta se halla delante del pórtico norte. Todas la demás giran a su alrededor, lo que demuestra que debió pertenecer a un personaje muy principal, señor o quizás abad de lo que pudo ser posiblemente un significativo monasterio.

La gran cantidad de tumbas en dicho lugar, nos hacen observar la importancia que debió de tener este “nuevo palacio” hasta ahora  desconocido, pues no hay otro lugar donde se halla verificado un descubrimiento tan importante de este tipo hasta ahora, por supuesto en espera de otras excavaciones en lugares cercanos como “Los Majanos” o en la propia Vega Baja de Toledo.

Andando entre las excavaciones del conjunto, entre ellas seguimos observando restos muy significativos y a poco que nos fijábamos en ellos, enseguida nos dábamos cuenta de que el lugar debió de estar muy bien trabajado y bastante embellecido.

Allí pudimos observar grandes lascas de  pizarra pertenecientes a la tapa de otras tumbas, así como otras piezas sospechosas de haber sido trabajadas de forma más sutil, formando parte del ornato del inmueble.

Vimos también revocos de cal bajo lo que pudo ser la escalera, usados para pegar otros materiales más finos y más trabajados, debiendo contener piezas decorativas como estucos, cerámica, pinturas o finas piedras talladas y según se ve en las fotografías, pese al paso del tiempo debieron estar  coloreadas.

Entre la gran cantidad de tierras movidas por la excavación, se han encontrado varias piezas decorativas, las cuales serán sometidas a los análisis pertinentes por el grupo de expertos arqueólogos, los cuales determinaran su edad y material.

También adivinamos otros detalles muy interesantes, como una piedra de granito no muy gruesa tallada en forma rectangular, la cual pudo servir como ara. Esta se encontraba en uno de los laterales del mausoleo y otras piedras talladas, una de ellas quizás sirviendo de quicialera.

Otros muchos detalles nos hicieron comprender la suntuosidad  y el provecho para la que fue diseñado este edificio, sin faltarle ningún detalle, pues de forma utilitaria también observamos que contenía su albañal para las evacuaciones.

En sus alrededores se observa gran cantidad de canto rodado, precisamente debido a las excavaciones, pero se adivina por los pequeños montículos que hay más allá, que este conjunto debe ser mayor de lo comprobado hasta ahora y que dará aún más sorpresas en el futuro.

Siguiendo la pista a los restos que  adornaban y embellecían a este edificio tanto en su interior como su exterior, pórticos, jambas y la división de sus plantas, el palacio de “Los Hitos” debió de ser muy importante. Para ello nos remitimos al cercano pueblo de Arisgotas, donde los encontramos usados como estructuras de algunas de sus casas o embelleciendo los quicios de sus puertas.

Dichos frisos estaban tallados en granitos y mármoles diferentes por lo que cambiaban de color, formando parte de los distintos elementos a los que daban una gran elegancia. Entre ellos se observan distintas decoraciones geométricas, con formas bifurcadas que terminan en roleos, siendo círculos entrecruzados que contienen puntos, los cuales se parecen a la anfisbena, que quiere decir “ir a ambos lados” y representa a la criatura mitológica de la serpiente, de las cuales había muchas entonces en esta nuestra  península ibérica.

Otras tallas son de tipo vegetal, en forma de roleo con tallos y hojas de parra,  las cuales representan a los frutos que debían de adornar en los jardines y  cultivos y otras rosetas entre círculos con estrellas radiantes en movimiento como representación de la observación del cielo y el paso del tiempo en aquella época.

También se hallan vestigios visigodos reutilizados en las paredes exteriores de su actual iglesia. Entre ellas observamos las mismas anfisbenas, así como palmetas, hojas de parra, ramos de doble tallo terminados en hojas partidas y otros restos con corazones y alcachofas. También se ve algún friso diferente que debió de pertenecer al bello interior del palacio.

Ya dentro de la propia iglesia, nos encontramos el pie de un altar, con su hueco para contener reliquias o santos óleos, así como una piedra que se parece a una quicialera y una antigua estela mortuoria posiblemente visigoda con flor de seis pétalos y las letras a quien perteneció. En fin un gran tesoro que determina la riqueza del palacio-monasterio de “Los Hitos”.

Además de todo lo que aquí se explica, desde hace años otras muchas piezas en número de cuarenta,  fueron juntadas por Simón Martín y por los vecinos de la pedanía, con las cuales se ha formado un pequeño gran museo local en Arisgotas, que por su inspiración y colocación es bastante didáctico.

Todo ello gracias a la ayuda de Bienvenido Maquedano Carrasco, pero sobre todo de la actual alcaldesa pedánea de Arisgotas, Juana Martín Maestro, que se ocupa del mismo y de enseñarle,  cuestión que tiene mucho mérito y hay que agradecer.

Se encuentra muy bien explicado, con respecto a los reyes visigodos y sobre todo refiriéndose a todos los espacios cercanos a este de la misma  civilización goda.

Aparte de trozos de columnas y algunos canceles, las piezas de granito que más destacan sobre todo, son las dovelas que adornaban las quicialeras y los frisos, las cuales determinan la mucha importancia que debió  de tener el palacio de “Los Hitos”.

Todas ellas contienen diferentes tipos de tallas, como exponemos en estas fotografías. Unas con motivos vegetales, otras con formas geométricas y la mayoría con los famosos círculos en forma de nodos sin fin con los puntos interiores.

Además de todas estas piedras que nos enseñan la riqueza de la forma constructiva del estilo godo, hay otras piezas excepcionales las cuales debieron formar parte de rodelas decorativas de gran belleza. Terminamos este artículo con la imagen de una bella imposta la cual serviría como capitel entre las columnas de supuestos arcos en Los Hitos.

En fin, toda una proeza llevada a cabo en este tiempo tan oscuro, precisamente por  la terrible sequía cultural que padecemos, cuestión que hay que agradecer tanto al estamento que financia esta excavación, como a los expertos especialistas y estudiosos arqueólogos, que están llevando a cabo sobre estos hallazgos visigodos de hace 1400 años, sacando a plena luz los misterios escondidos de nuestra tierra toledana, pero sobre todo española y a las personas que los guardan como a un verdadero tesoro.

Para terminar este humilde artículo, incluyo por mi parte el dibujo de lo que pudo ser el alzado de este palacio- mausoleo, el cual comienza ahora a despertar en el espacio-tiempo, basándome en los dibujos virtuales sobre el mismo que se han llevado a cabo por otros dibujantes y lo visto “in situ” pos mis amigos y por mí mismo.

Bibliografía y datos

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Dibujos de Alejandro Vega.

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Fotografías de Félix Muñoz, Santiago Cabañas, Salvador Peces y Alejandro Vega. Algunas sacadas de Google Earth y otras de artículos de prensa.

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