i – Galerías subterráneas

En dichas galerías subterráneas cabe perfectamente una persona pues tienen entre 0,80 y un 1 metro de anchura, y aunque hay que agacharse de vez en cuando por tener una altura de 1,20 m. en algunos de sus tramos, en otros sube hasta 1,60 m. llegando hasta varios metros.

Algunas zonas interiores del acuífero se encuentran labradas en la roca viva, encontrándose ya en nuestro tiempo algunos derrumbes interiores, dejando la tierra original al descubierto. Se puede andar por dentro sobre unos 150 metros desde su comienzo, pero al arrastrar bastantes materiales de distintos tipos se encuentra colmatada, más algún derrumbe, por lo solo se pueden recorrer reptando, hasta otro punto donde vuelven a estar con su forma original.

A los lados del acueducto subterráneo, sobre sus laterales discurren las torrenteras de agua con pequeñas presas, para que la humedad se filtrara  a través de las piedras del interior del ingenio, pues al carecer estas de argamasa alguna y estar superpuestas, su propósito era dar una gran utilidad y un mejor  rendimiento, por medio de su capilaridad.

Por tanto el agua sigue corriendo siempre en pendiente, a través de dichas canalizaciones, conteniendo pequeños escalones, excepto en alguno caso en el que hay una especie de caída de bastante profundidad, quizás para frenar la fuerza el agua.

Entre los animales que forman su hábitat se encuentran evidentemente los murciélagos, pero también un tipo de rana que al no darla la luz, tiene la piel conformada con un pigmento de color oscuro.

Volviendo a su utilidad y según los estudios llevados a cabo sobre este acuífero y no desperdiciar dichas aguas, puede ser que fuera  conducida aguas abajo del actual puente de San Martín y por un acueducto sifón, llegaría a la colina de San Román desde donde era repartida a toda la ciudad en tiempos hispano-romanos.

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