15º – Algunos hechos contemporáneos entre las claverías (claustro) y la torre de la catedral

Muchos eventos e historias han tenido que ocurrir, apartes de los contados hasta ahora,  entre las gentes que han vivido en las claverías y la torre.   Esto nos recuerda como ejemplo a la novela  titulada “Ángel Guerra”, escrita en 1891 por insigne novelista  Dº. Benito Pérez Galdós, que tanto amaba a Toledo. Sobre todo por los paseos de este escritor y su sobrino, por estos claustros y sus recovecos, junto a su amigo Miguel “el zapatero”, campanero de la catedral que los enseñaba los distintos toques de las diferentes campanas, sobre todo los de “la gorda”, dejando impresionado al escritor y este mismo trataba de  imitarlos con otros utensilios caseros.

También entre los vericuetos de la subida a la torre, desde una abertura se observan hacia el claustro otras ventanas y entre ellas un pequeño ventanillo, que es donde moró el escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez, que escribió aquí durante su estancia en las claverías altas su obra “La Catedral”, publicada por primera vez en 1897, cuyo interesante tema versaba sobre las cuestiones costumbristas  de la misma y sus entrañables personajes, entre ellos el zapatero, que junto con el “Tato” daban rienda suelta a su imaginación cuando interpretaban las diferentes figuras talladas en el trascoro del templo, dejando además de manifiesto el extraordinario archivo de música con que consta la catedral primada.

 Si sus paredes hablaran, nos contarían  cantidad de historias y anécdotas acontecidas entre sus paredes y bajo sus grandiosas  campanas, regidas todas por la de  San Eugenio o “Campana Gorda”, que se encuentra en su centro, ocurridas a los obreros de la torre y a los campaneros, con respecto a los rayos y tormentas, a los toques y movimientos de sus badajos.

No obstante, modernamente en esta estancia que sepamos  aparte de otros eventos, en el año 1954, fueron testigos sus campanas de la primera reunión de la Agrupación Española de Amigos de las Campanas, cuyo presidente era ni más ni menos que el médico y escritor, amante de Toledo Dº. Gregorio Marañón. Este maestro de ceremonias toledanas, atrajo a la ciudad a cantidad de mentes privilegiadas de todo el mundo, siendo un orgullo para él enseñar este tesoro, que ahora es Patrimonio de la Humanidad.

Más tarde, en 1969, en este mismo lugar también se  filmó una secuencia importante de la película “Tristana”, versión adaptada sobre la obra antes tratada, del cineasta surrealista Luis Buñuel,  con una de las escenas donde la protagonista, tuvo una premonición bajo la campana gorda, imaginando lo que la va a ocurrir en el futuro con su protector.

 En fin, que nos encontramos en una atalaya incomparable con respecto a la historia de la ciudad. Las dos fotografías que aquí presento son de los periódicos de aquellos años, donde podemos observar a Marañón en el despacho de su cigarral “Dolores” o «de Menores», al exterior de la ciudad y a Buñuel fotografiado en el palacio de Dº Suero Téllez, cigarral en el interior de la ciudad, que pertenecía al arquitecto Dº Fernando Chueca.

Si alguien quiere aprovecharse de estas páginas, sabe que intelectualmente, tiene la obligacion por ley,  además de moralmente, de hacer referencia tanto del autor como de su trabajo.

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2 respuestas to “15º – Algunos hechos contemporáneos entre las claverías (claustro) y la torre de la catedral”

  1. Alberto Says:

    Mi madre vivió en el claustro, mi abuelo Rafael Sánchez fue campanero de la Catedral. Yo subí con mi madre al campanario hace unos veinte años y me contaba que se ponía debajo de la campaña para esconderse.

    • Alejandro Says:

      Alberto gracias por tu información. Hace veinte años, solo podían subir a la «campana gorda» las personas que eran empleados de la Giganta, en la catedral de Toledo.
      Alejandro.

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