Primera escuela de traductores.

Sobre 1130 comenzó a funcionar lo que se denomina ahora como Primera Escuela de Traductores de Toledo, cuyo patronazgo fue dirigido por el arzobispo D. Raimundo de Toledo.  Los verdaderos iniciadores de la escuela fueron Pedro Alfonso (Moshé Sefardí), Abraham bar Hiyya o Abraham ibn Ezra. Fue entonces cuando toda la tradición rabínica llegó a su zénit, llegando esta ciudad a ser un foco cultural de primer orden en lo que hoy denominamos como cuenca mediterránea.

En ella se encontraba el astrónomo Yohanán ibn David denominado Johanes  Avendaut, que además era poeta erótico y religioso, este escribió entre 1126 y 1151 un “apocalipsis” sobre una batalla final. Toledo en siglo XII da sus frutos a todo el mundo conocido al oeste y al este del Mediterráneo.

Abraham ben David, cordobés que escribió “Ha-kabala” o la “Tradición rabínica” (fuente de estudio en particular sobre los judíos de Sefarad), también escribió un tratado aristotélico hebreo denominado como “La fe sublime o suprema” que junto a la “Guía de perplejos” de Maimónides y la “Fuente de vida” de Avicebrón es la serie filosófica más esplendorosa de aquel tiempo medieval,  murió martirizado en Toledo el año 1180.

En aquel tiempo se encontraban en Toledoth los gramáticos Abu Zacarias y Jehuda ibn Bileam. Mosé y Abraham ibn Ezra que eran exégetas y poetas. Yosef ibn Susan comentarista talmúdico y Mosé ibn Abil, escritor.

Al-Harizí nos habla de la riqueza de las sinagogas toledanas, escribiendo:   «Vine a la extensa ciudad de Toledo, capital del reino, que está revestida del encanto de la dominación y ornada con las ciencias, mostrando a los pueblos y príncipes su belleza. Porque allí emigraron las tribus del Señor. ¡Cuántos palacios hay en su interior que hacen correrse a las luminarias para la magnificencia de su belleza y esplendor! ¡Cuántas sinagogas hay en ella de belleza incomparable! Allí toda el alma alaba al Señor. En su medio habita una congregación, de semilla santa, que tiene como ornamento la justicia, numerosa como las plantas del campo». (Yehudah ben Shlomo al-Jarizi, siglo XII).

Es decir, que Toledo en el siglo XII, llega al culmen no solo de la religiosidad hebrea sino la de su propia cultura, ensamblándola en los otros diferentes pensamientos, convirtiéndose en semilla de su tiempo y por tanto proyectándose con sus mejores frutos hacia lo que hoy denominamos como mar Mediterráneo.

Desde este siglo comienzan a hacerse más fuertes las familias importantes hebreas de Toledoth, todos ellos se dedicaban a arrendar los impuestos del estado, además de compartir las misiones diplomáticas del rey. Estas eran la de los Ibn Susán, Ibn Sadoc, Abulafia, Ha-Leví, Ibn Ezrá o Alzajar. Pequeño reinado de Dª Berenguela y Sancho III.

Si alguien quiere aprovecharse de estas páginas, sabe que intelectualmente, tiene la obligacion por ley,  además de moralmente, de hacer referencia tanto del autor como de su trabajo.

© Copyright A. Vega 1991.

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