En la edad media, parte de las tierras de la Quinta Mirabel pertenecieron  a Arias de Silva, hermano político del famoso arzobispo D. Pedro Tenorio, el cual le nombró como Adelantado de Cazorla. Prelado que mandó construir el Puente de San Martín y el Puente del Arzobispo. Se denominó a esa zona entonces, como Cigarral de Altamira. De dicho personaje heredaron estas tierras los condes de Cifuentes.

Más tarde, un mandato del emperador Carlos I de España en 1549, ordenaba que sobre una legua en dicha Dehesa de la Pozuela, tan rica en pastos, denominada entonces como Cigarral del Rey, los rebaños que  servían de alimento a los toledanos, los cuales podían seguir pastando y abrevando en dichos terrenos.

Ya sabemos que una legua correspondía con la distancia que se recorría en una hora, variando por tanto en varios kilómetros. Pasaron luego dicho paraje con sus pozos y por parte de su hijo Felipe II, al marqués de Malpica.

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