Los Cobertizos

Comienzo esta parte con la imagen que está tomada en la zona denominada de los “cobertizos”, desde antes de entrar por el Cobertizo de Sto. Domingo “el real”, que conduce  a la plaza del mismo nombre y por el que se podía acceder de un convento a otro, en este caso al de Sta. Clara, pues los señores medievales, entre ellos algunos reyes, cedían las casas  que tenían al lado de los conventos, bien por privilegio o por mantener a sus hijas en ellos.

Más tarde estos edificios se juntaban por su parte alta, para dejar paso sobre las calles que tenía desde antiguo la ciudad.

Desde ese mismo punto y volviéndose hacia la izquierda se encuentra un segundo cobertizo, el de Santa Clara, perteneciente al convento del mismo nombre y dando nombre a la calle, siguiendo el mismo ejemplo que el anterior, por lo cual este tipo de construcciones han dado a este enclave un gusto conventual y poético, que ha llevado a todas las personas sensibles que han pasado por Toledo a recorrerlos y sentir en ellos un aire melancólico, haciéndolos buscar aquí su inspiración.

Entre ellos cineastas y poetas, consiguiendo que escribieran sus guiones, poesías y leyendas, inspiradas en estos parajes, los ejemplos más populares son el director de cine Buñuel o los poetas Rilque y Gustavo Adolfo Bécquer, amén de escritores de las generaciones  del “Noventaiocho” y del “Veintisiete”, pintores famosos como Dalí o poetas como Lorca o Alberti,  literatos como Galdós o médicos como Marañón entre otros.

Desde aquí se llega a la zona más romántica de la zona conventual, la plaza de Sto. Domingo “el real”, cuyo ambiente monacal es de una magnitud sin límites. Aquí es donde se hizo realidad, la leyenda del poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer “Las Tres Fechas”.

La última fecha se desarrolla en este lugar, cuando al pasear por ella y oír los cánticos en la iglesia y entrar en ella, se encuentra con la dura realidad de hacer monja a una novicia y lo más impresionante es que al mirar esta por última vez al mundo exterior, eran los ojos de la misma mujer que había visto en el balcón las dos veces anteriores que había venido a Toledo, por tal motivo aquí se encuentra varias placas conmemorativas, dedicadas al poeta sevillano más romántico de su tiempo.

Este hecho, ha dado un interés a este lugar, siendo un recorrido imprescindible dentro de los muchos que guarda secretamente esta ciudad, pero con un paisaje inigualable y un sabor único, pues sus estrechas calles y techumbres en lo alto, junto a sus grandes y bellos edificios, nos empequeñecen y nos hacen de estremecernos, por las historias vividas entre sus  altos muros de su clausura.

El convento de Sto. Domingo “el real”, es muy original por fuera, aunque por dentro contiene secretos inigualables que nos dejarían perplejos, como retablos, cúpulas y reliquias que son un verdadero tesoro.

Presento aquí el dibujo de la plaza de Sto. Domingo “el real”, con su iglesia porticada en estilo dórico, en una esquina se observan cipreses, de los cuales escribe Bécquer en sus poesías, habiendo crecido bastante desde que los dibujé, por encima la espadaña del propio convento, dando verdadera personalidad al conjunto.

En el año 1980 obtuve con este dibujo, el segundo premio en la exposición de varios temas, que conmemoraba el Bicentenario  de la fundación en Toledo por el rey Carlos III en el año 1780 de la Real Fábrica de Espadas.

Si alguien quiere aprovecharse de estas páginas, sabe que intelectualmente, tiene la obligacion por ley,  además de moralmente, de hacer referencia tanto del autor como de su trabajo.

© Copyright A. Vega 2012.

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