Más tarde se perforó la grieta de 1,5 metros de longitud, agrandando los labios, limándolos  desde el aro de la boca, traspasando su anillo sonoro, el cordón y el combro hasta el final de la fractura,  para que los labios de la fisura no se rozaran y su resonancia fuera más agradable y aunque perdió sonido por este motivo, aún se oía la gravedad de su tremendo tañido y retinte. Desde entonces el sonido debió de ser más claro, como lo hemos escuchado alguna vez todas las personas de mi edad en esta ciudad.

Se cambió también el bellísimo badajo original, por otro muy simple de hierro dulce, quedando el primero extendido sobre el suelo del campanario, ahora se ha vuelto a reponer el primero en la campana mayor en el  lugar original que le corresponde. En mi caso cuando era joven, entrando en el pasillo que se abre desde la capilla de San Nicolás en la girola, que va a dar a la plaza de los Cuatro Tiempos, saliendo al exterior frente a la Calle del Locum, vi otro badajo  idéntico al de la Campana Gorda, sin saber que hacía en este lugar, posiblemente en esta zona habría en tiempos algún taller de fundición de la obra.

La fecha de la reparación de los labios de la campama es incierta, aunque por el trozo de bronce sobrante de la misma estudiado por mi parte, añado aquí que este trabajo pudo hacerse en el año 1880. Era entonces arzobispo de Toledo Juan Ignacio Moreno y Maisanove que nació en Guatemala, siendo el primer cardenal nacido en Hispanoamérica y de padres criollos.

Presento aquí  las fotografías de dicha reliquia de la campana gorda que perteneció al canónigo obrero según cuenta la leyenda grabada en ella y que dice así:  “ESTE BRONCE ES UN TROZO DE LA CAMPANA MAYOR DE LA CATEDRAL DE TOLEDO, PERTENECE A TOMÁS DEL CUETO Y MAYORGA, CANÓNIGO OBRERO DE LA S.I.C.P  TOLEDO MDCCCLXXX”.

Lógicamente este trozo de bronce será del tiempo de cuando se limaron los labios de la grieta o pelo de la campana gorda. La otra grabación dice: “PROPIEDAD DE FELIX CARMENA AÑO MCMLVII.  Por ellas observamos, que ha pertenecido esta reliquia como mínimo a dos personas. La zona por donde no está lijado este trozo de bronce de la campana gorda es la zona original del pelo o fisura, siendo testigo de que se pudo producir esta cuando se fundió, precisamente por su tacto. En dicho resto se halla embutida una alta cruz de acero, con un crucificado también de bronce.

Más tarde, se trató de reparar dicha grieta desde el borde a su final,  con otro sistema, para poder obtener un mejor sonido al vibrar, por este motivo aún se ven insertados algunos tornillos modernos y una barra con el mismo material de bronce, siendo un intento de unir ambos lados de la rotura con metal, en frío. Esta tecnología que se aplicaba ya para reparar los motores de los barcos en alta mar en tiempos modernos, se empezó a aplicar en campanas, aunque sus  resultados sonoros para su grave sonido, no fueron lo suficientemente buenos según los expertos.

Si alguien quiere aprovecharse de estas páginas, sabe que intelectualmente, tiene la obligacion por ley,  además de moralmente, de hacer referencia tanto del autor como de su trabajo.

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