7º – Datos técnicos de la Campana de San Eugenio y rotura

Los datos técnicos reales de la campana son: 17.744 kilos de peso, tiene 9,17 metros de circunferencia, cerca de 3 metros de diámetro, 2,3 metros de altura y 11 pulgadas de grosor.

Dice la tradición que la  primera vez que se hizo sonar esta, se oyó a kilómetros de distancia, numerosos vidrios de ventanas de Toledo se rompieron por la intensa vibración y malparieron algunas mujeres y que dos meses después de colocarla se quebró la campana, cuando anunciaba la fiesta patronal de Sta. Leocadia.

 Otros anales nos dicen que fue el 9 de diciembre de 1805, día de Santa Leocadia cuando fue tañida, se rasgó y se abrió y que desde entonces no se utiliza.

Aseguran también algunos expertos sobre su pelo o raja, que se trata de una junta de dilatación creada ex profeso por sus grandes dimensiones. Hay que recordar que la campana Calderona que se encuentra a su lado también se encuentra cascada.

 Según cuentan no tuvo buen sonido desde el principio de sus toques. Al poco tiempo se observó un pelo en su cuerpo o combo, terminando en una fina grieta, posiblemente por un defecto de fundición, desgraciándose potencialmente cuando se llevaban a cabo las primeras pruebas de toque en el taller donde se fundió, por dicho defecto el sonido era algo estridente. Después de colocarla en su lugar y saber el defecto con el que contaba, tuvo el cabildo entonces cierto proyecto para desmontarla y fundirla en la propia torre, en el espacio que ocupaba el campanario o sala de las campanas.

 Es decir, que la campana permanece quebrada desde el principio de su ubicación en la torre. Sabiendo su defecto al hallarse cascada ligeramente, se fabricó un badajo excepcional, adecuado al gran tamaño de esta y del mismo material para mejorar el sonido de la campana.

Según algunos expertos, se ha ha comprobado que el bronce contra bronce dulcifica el sonido, reforzando los armónicos más graves y bajos, mejorando su sonoridad, pues el bronce contra bronce da un sonido más agudo. Sin embargo otros investigadores dicen lo contrario, pues con la bola de bronce el sonido producido es mucho más «mate», menos vibrante, que el que da una bola de hierro dulce.

 Se abandonó pues el badajo de bronce dejándole a los pies de la propia campana gorda y se le cambió por otro de hierro dulce, para que diera un sonido más acorde  y lógico en una  campana de tan colosales dimensiones, pues su sonido debido al defecto de fundición era raro  y estridente.

Si alguien quiere aprovecharse de estas páginas, sabe que intelectualmente, tiene la obligacion por ley,  además de moralmente, de hacer referencia tanto del autor como de su trabajo.

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