m – Quinta Mirabel

En 1593, tras la muerte de Quiroga, el cigarral se abandonó llegando a deteriorarse bastante, hasta que el segundo marqués de Malpica obtuvo su propiedad en 1617, perteneciendo a esta familia hasta mediados del siglo XIX.

Lo que fue antes Cigarral de la Quinta, pasó luego por herencia a la casa ducal de Bailén sobre 1862, llamándose desde entonces como Quinta de Mirabel, siendo el más esplendido de Toledo, hallándose este en el generoso paraje de la Dehesa de la Pozuela.

Pero al tener Toledo gran dependencia del agua, por las frecuentes sequias y pese a tener el río Tajo a sus pies, habiendo destruido en el espacio-tiempo las magníficas conducciones hispano-romanas de traídas de aguas y su repartimiento por toda la ciudad, tanto en la edad media como en la moderna, la ciudad solo se pudo servir de sus aljibes y de los azacanes que repartían el agua desde algunas fuentes, pero sobre todo desde el río Tajo, con el riesgo de epidemias por la contaminación de sus aguas en tiempos de crecida.

En dicha época moderna, se hicieron desaparecer las maquinarias de los dos extraordinarios “artificios” construidos por el ingeniero renacentista Juanelo Turriano, de los cuales se valieron solo los militares y los aprovechados de aquel tiempo (como ocurre en todas las épocas).

 Si alguien quiere aprovecharse de estas páginas, sabe que intelectualmente, tiene la obligacion por ley,  además de moralmente, de hacer referencia tanto del autor como de su trabajo.

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