Iglesia de San Cipriano

Sobre el año 1984, llegó a mis manos un pequeño libro denominado como “El Ciprianillo”, que se trataba de cuestiones milagreras y adivinatorias. Por tal motivo me puse a estudiar la antigua iglesia toledana de San Cipriano, denominada hace mucho tiempo como  San Cebrián, por corrupción de dicho nombre. Recordemos que san Cipriano fue obispo de Cartago.

 Hallase esta iglesia sobre la caída de la ladera de una de las colinas de Toledo, hacia el río Tajo donde se encontraban anteriormente varios arrabales, el de tundidores y el de tintoreros, contiguos a las tenerías y los curtidores tan cercanos al río por necesidad del líquido elemento. Por este motivo, llevé a cabo un dibujo de su torre y parte del templo desde dicha colina, con su perspectiva hacia el río.

Pudo ser este  templo, una de las mezquitas mandadas construir por el piadoso santón del Islam Ibn Baskuwal, que se dedicaba a guerrear como murabito en tiempos del mes Ramadán y los demás meses del año los dedicaba a orar en las dos mezquitas que construyó en Tulaytula. Así parece ser, como se observa en la disposición de sus elementos construidos de esta iglesia que aquí nos ocupa. Con alminar exento, patio de abluciones y sala de oración.

 Como parroquia latina ya existía en el año 1125 según algunos investigadores y según otros fue construida en el año 1200.  Restaurada, en varias ocasiones a lo largo de toda la edad media en estilo mudéjar, fue contenedora de una imagen románica de la virgen, sentada en su trono con el niño en su regazo, a la que se denomina en esa postura como “theotokos”, (descubierta recientemente al adecentarla, viendo que se trata de una talla románica completa, tabajada en madera de conífera de bastante antigüedad, posiblemente de finales del siglo XIII), denominándose entonces como Ntra. Sra. del Destierro, hasta que en 1576 se la cambió el nombre, por sus expectativas milagrosas.

Fue reedificada la iglesia en el estilo que hoy podemos ver a cargo del protonotario apostólico D. Carlos Venero de Leiva, llevándose a cabo las obras entre los años 1612 y 1613, bajo las trazas del arquitecto Juan Bautista Monegro. Esto lo observamos en la entrada al templo y en los escudos exteriores.

Bajo el altar mayor, se encuentra el cuerpo momificado de este personaje esperando la resurrección de los muertos y tras el mismo el camarín que contiene a la famosa Virgen de la “Esperanza”, que se venera en esta iglesia, cuyo “oboson” tiene mucha trascendencia popular, pues libró de la peste negra a algunos barrios de la ciudad según es tradición.

 Por tal motivo se la tiene una gran veneración en esta ciudad y en la localidad de Ajofrín, por los milagros que se la achacan. Así se observan en varios lienzos con varios  de estos prodigios, llevados a cabo por la virgen de la Esperanza. La salvación de un albañil en el año 1616, cuando restauraba el tejado de esta iglesia y otro de un niño en 1622 que cayó a un pozo en dicho pueblo.

Dos lienzos más, uno representando una rogativa para hacer desaparecer la peste del barrio donde se asienta y el otro referenciando el encendido de una lámpara por medio de esta virgen, el día 3 de diciembre de 1613. La capilla mayor, se encuentra adornada en su bóveda, con pinturas al fresco del siglo XVIII, todas ellas alusivas a la virgen de la Esperanza.

Contiene esta iglesia muy buenos detalles, como retablos, imágenes, lámparas, varios tipos de cerámicas, alguna de ellas firmadas por el maestro Quismondo, una buena pila para bautizar, su órgano y sus campanillas para el gloria del sábado santo y otros detalles que hacen de esta iglesia otra de las joyas secretas de Toledo, aunque un poco abandonada.

La torre se observa exenta del templo, aunque reincorporada al mismo tras la restauración del siglo XVII en el año 1708, respetando su estructura medieval y por tanto original, junto con la cabecera y con el patio del mismo estilo. Fue restaurada pues la zona del templo más antigua. Se  encuentra formada esta con tres cuerpos, con arcos de herradura en dos de ellos, en el primero y en el campanario.

Fue perdiendo su revestimiento barroco, observando que la parte baja es de mampuesto, con ladrillo encintado y para su embellecimiento tiene ventanas islámicas apuntadas, con alfiz. En el segundo cuerpo, vemos un recuerdo de los arcos ciegos con los que se adornaban los alminares toledanos y por encima el tercer cuerpo del campanario cristiano en ladrillo, con dos ventanas apuntadas dobles en recuadro.

Antes de su nueva restauración, se la observaba como una torre de estilo mudéjar original como todas las toledanas de cualquier parroquia. Fue entonces cuando se me ocurrió pintar una acuarela de la misma en el año 1984, sobre el dibujo anterior. No sé si fue premonición por parte mía, pero la di un color rojo a dicha torre y a la entrada del templo. Hace unos años se volvieron a reparar esas mismas zonas, enluciéndolas exteriormente, dejándolas como un pastiche para mi opinión, excepto el testigo mudéjar de la torre que la da entidad.

Los muchos milagros que se la achacan a esta Virgen de la Esperanza, nos llevan a entender que es una imagen muy venerada y una de las más queridas de las muchas que hay en Toledo y sus alrededores. Su fiesta se celebra en el día tercero de pascua de Pentecostés.

Esta iglesia, es un buen prototipo de las viejas tradiciones y los antiguos monumentos medievales que contiene Toledo y que se irán perdiendo y difuminando en el espacio tiempo, a no ser que seamos conscientes y sepamos guardarlos como a un verdadero tesoro que son. La civilización y los pueblos con ella no paran de evolucionar, pero siempre quedarán lugares con sus posos de tradición,  que siempre nos recordarán que la historia se repite indefectiblemente.

Si alguien quiere aprovecharse de estas páginas, sabe que intelectualmente, tiene la obligación por ley,  además de moralmente, de hacer referencia tanto del autor como de su trabajo.

© Copyright A. Vega 2012.

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