2008. Puente de Alcántara.

3º AUDIOVISUAL

“PUENTE DE ALCANTARA”

Alcántara viene del idioma árabe y quiere decir “el arco”, pero también “el puente”, pues es un  monumento toledano muy importante al que nos referimos. El origen del mismo parece ser de tiempos romanos, del que solo quedan restos en el primero de sus estribos. También quedan hoy parte del muro defensivo romano en la ladera del castillo de san Servando. Este en su tiempo fue la solución al gran nudo de caminos en el centro de la península, cruzando el río Tajo y pasando del norte al sur de la misma  y por ello punto clave de la Hispania romana.

Esta fue una de las grandes obras llevadas a cabo en la época del Toletum hispanorromano.      Desde luego se construyó de forma sagaz, justo en la terminación de la vega alta y el comienzo del congosto que forma el estrecho valle donde se asentaba la ciudad, dándole más consistencia entre las fuertes rocas de granito para poder resistir mejor las crecidas del río. Por tal motivo fue la llave para entrar en la ciudad, tanto de forma militar, pues controlaba el acceso a los pretorios, más tarde el alficén o ceñidor árabe, como de forma mercantil para la entrada de productos para el sustento de la misma.

Una larga historia de acontecimientos en tiempos árabes, están anotadas en los anales de Alcántara en  Tolaitola, quizás la más importante de ellas se refiera al año 932,  cuando el califa Abderramán III mandó reconstruir el puente tras la toma de la ciudad y reforzo la ciudadela que se encuentra a su lado. Siguiendo luego parte de la historia de este monumento de Toledo, que se encuentra registrada en las inscripciones que hay en su torreón interior mirando a la cuidad. La siguiente fecha corresponde al año 387 de la Hégira o 997 de nuestra era, correspondiente al mandato de Almanzor en Alándalus. Dice que por su orden, Halaf hijo de Mahoma Alamerit alcalde de Toledo restauró de nuevo el puente, pues los árabes le tenían en mucha estima, pues cantaban su gran arco, su longitud y anchura.

Dice una lápida en su  interior que fue restaurado de nuevo el puente de Alcántara, tras otra gran inundación en 1258, por mandato de Alfonso X “el sabio”. Este fue el que  mandó tallar dichas letras, dejándonos impresas en piedra varias eras, la de Moisés correspondiendo al año 2651, la de Alejandro Magno a 1570, la del emperador César a 1258, que era el cómputo con el que se contaban los años en la edad media y la de la Hégira islámica al 658.  Observamos  en  ella,  el   claro ejemplo de tolerancia usado por este rey, con respecto a otras religiones, para dar luz y esplendor a la segunda escuela de traductores fundada por el mismo.

Recordemos que los traductores y astrónomos, venidos desde todas las partes del mundo conocido, a la segunda “escuela de traductores de Toledo”, que parece ser pudo encontrarse asentada en el castillo de san Servando y al pasar estos  de un lado a otro por este puente de Alcántara, podían calcular así la diferencia de años entre sus distintas civilizaciones, siendo para ellos una cuestión placentera. Con su torreón medieval y su puerta barroca, su gracia y su solera llegan hasta nuestro tiempo para poder disfrutar de su figura y lógicamente poder cruzar el Tajo por el mismo.

Puente que ha soportado las crecidas del río y los envites de las guerras. Aquí le vemos aún erguido como un romántico gigante que abraza suavemente a los viajeros que por el pasan a la ciudad y al salir de la misma por el mismo sitio, hacia la estación de ferrocarril, vuelven la vista hacia el puente embelesados, creyendo que es un espejismo irreal en nuestro tiempo y es entonces cuando toman de etse una fotografía para que perdure en su recuerdo.

Si alguien quiere aprovecharse de estas páginas, sabe que intelectualmente, tiene la obligacion por ley,  además de moralmente, de hacer referencia tanto del autor como de su trabajo.

Copyright  F. Muñoz y A. Vega   –  2008.

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